Patricia es una joven de 33 años que vive con su marido y su hija de 3 años. Trabaja como administrativa en Madrid. Y es un ejemplo de superación ya que desde hace algo más de un año convive con la Trombocitopenia Inmune Primaria, una enfermedad rara autoinmune.
El proceso hasta el diagnóstico de Patricia.
Como cualquier persona a la que diagnostican una enfermedad minoritaria, la aparición de los primeros síntomas y las primeras visitas a especialistas las vivió con gran incertidumbre.
En su testimonio, Patricia nos cuenta: “Te quedas como en shock. Te esperas lo peor”
Tras una analítica rutinaria, tuvo que ingresar de urgencias en el hospital ya que los niveles de plaquetas eran muy inferiores a la normalidad, 10.000 plaquetas/L. Pero esto no le impidió mantener la esperanza y, pese a la incertidumbre inicial, luchó y se interesó por conocer más sobre la enfermedad y por cuál sería su futuro.
Un camino de aprendizaje
Tras el diagnóstico, Patricia intenta tomarse la vida con más tranquilidad, algo que recomienda a otras personas que puedan pasar por su situación. Habla de la importancia de tener paciencia, perseverar y encontrar a especialistas que te ayuden en el proceso diagnóstico y te acompañen en el tratamiento.
Soñando con el futuro
Patricia le pide al futuro estabilidad, “menos altibajos” y un tratamiento que le permita tener la mejor calidad de vida posible.
Con la PTI, al igual que en otras enfermedades poco frecuentes, el diagnóstico temprano y el abordaje terapéutico en estadios iniciales resulta, en ocasiones, un camino abrupto y con curvas, como fue el caso de Patricia. Pero esto es solo un motivo más para seguir adelante y testimonios como este nos dejan clara la importancia del diálogo médico-paciente a la hora de implicarte en tu enfermedad, para lograr que personas como Patricia convivan acompañadas y mejor con una enfermedad rara crónica.