Entrevistamos a José Luis Justicia, nuevo director médico de Sobi Iberia
José Luis Justicia es el nuevo director médico de Sobi Iberia. Doctor en Medicina y Máster en Epidemiología e Investigación Clínica, ambos por la Universidad de Granada, José Luis Justicia se incorporó en 2006 a la industria farmacéutica. Tras una exitosa trayectoria de más de 15 años en el sector, desde febrero de 2022 es responsable de la Dirección Médica de Sobi para España y Portugal.
En primer lugar, José Luis, ¿cuéntanos cómo terminas vinculado con la industria farmacéutica y el ámbito de las enfermedades raras?
A la industria farmacéutica llegué por casualidad. Por aquel entonces, yo trabajaba como médico adjunto en un hospital público y como profesor asociado en la universidad. Pero, tras una conversación informal con un delegado de un laboratorio farmacéutico, supe que tenían una posición vacante en el departamento médico. Yo no sabía nada de la industria farmacéutica (durante nuestra formación como médicos raramente se mencionan las compañías farmacéuticas como una posible salida profesional), pero soy una persona curiosa y decidí adentrarme en ese mundo hasta entonces desconocido para mí. Me fascinó lo que vi, descubrí un lugar lleno de oportunidades de crecimiento profesional, y aquí sigo después de 16 años.
Tras cinco años y medio en el área de la inmunología y las enfermedades alérgicas, cambié de compañía para formar parte del equipo médico encargado de un fármaco para la fibrosis quística. Ese fue mi primer contacto con las enfermedades raras.
Según tu experiencia y conocimiento, ¿cuál es el papel que desempeña el departamento de Medical Affairs en una compañía farmacéutica? ¿Hacia dónde dirige su evolución?
El verdadero valor de Medical Affairs dentro de una compañía biofarmacéutica no reside exclusivamente en las actividades de apoyo a otros departamentos, sino que debe asumir una función de liderazgo estratégico dentro de la organización. Debemos pasar de una simple lista de tácticas reactivas a una verdadera estrategia de Medical Affairs, enfocada, priorizada y efectiva, cuyo éxito requiere comunicación y alineación constantes con muchos agentes internos y externos. Lo que importa no es el número de actividades realizadas, sino el impacto de la estrategia diseñada.
Los profesionales de Medical Affairs deben ser los “propietarios” naturales del conocimiento y los datos científicos dentro de la organización a lo largo de todo el ciclo de vida de los fármacos. Esto requiere profesionales con elevados conocimientos científicos, habilidades de comunicación y conocedores de las peculiaridades de la industria farmacéutica.
¿Cuáles son las vías, formas de colaboración, que se pueden establecer con clínicos, sociedades científicas y pacientes?
Son muchos y de naturaleza diversa los programas de colaboración que Medical Affairs puede establecer con estos agentes. En primer lugar, debemos conocer y analizar en profundidad las necesidades de clínicos, sociedades científicas y, sobre todo, de pacientes. A partir de ahí, debemos cooperar para generar nuevas evidencias que subsanen el déficit de conocimiento. Los datos obtenidos mediante una investigación válida y adecuada deben diseminarse para ponerlas al alcance de la comunidad científica y de la comunidad de pacientes. Y, por último, debemos contribuir a la formación permanente de los profesionales sanitarios.
En definitiva, debemos convertirnos en socios y asesores científicos de los profesionales sanitarios, sin olvidar al paciente como pilar fundamental alrededor del cual deben girar todas las actividades que desarrollamos.
¿Qué aspectos te llaman la atención del mundo de las enfermedades raras?
En el mundo de las enfermedades raras todo es minimalista: pocos pacientes, pocos médicos dedicados a su cuidado, pocos fármacos… Esto, que a priori parece un gran inconveniente, tiene su parte positiva: trabajas en un entorno muy familiar, donde las relaciones entre industria, profesionales sanitarios y asociaciones de pacientes son muy estrechas. Además, en una comunidad tan pequeña, eres plenamente consciente del impacto que ejerce tu labor profesional. Aquí no puedes disimular ni ofrecer alternativas de baja calidad. Lo bueno o lo malo que ofreces tiene una repercusión inmediata y de gran magnitud.
Las enfermedades minoritarias tienen muchos retos por delante
Desde mi punto de vista, son tres los retos que las enfermedades poco frecuentes, y las personas que las sufren, deben afrontar: En primer lugar, el diagnóstico precoz y certero. Muchos pacientes y sus familiares pasan años de médico en médico buscando una explicación a los signos y síntomas que presentan. En segundo lugar, la búsqueda de fármacos que alivien o curen la enfermedad. Desafortunadamente, muchas de estas enfermedades poco frecuentes carecen de tratamiento específico, y la investigación de nuevos fármacos es larga y costosa. Finalmente, el rápido acceso a medicamentos innovadores dirigidos a enfermedades raras. En nuestro país, el acceso es muy tardío y desigual, lo que produce inequidades no deseadas.
¿Qué motivos te llevaron a formar parte del proyecto de Sobi?
Mis principales motivaciones profesionales son dos: proyectos innovadores alejados de lo rutinario y tareas con impacto positivo en la estrategia, en el área terapéutica y en la compañía. El proyecto de Sobi, sus valores como compañía y la posición (responsable del Departamento Médico y de Regulatory, y miembro del Comité de Dirección de Sobi Iberia) se ajustaban perfectamente a lo que busco como profesional de Medical Affairs: innovación e impacto. Esto, unido a poder trabajar para una compañía líder en enfermedades raras, hicieron que la decisión fuese muy fácil.
Acabas de llegar y estás conociendo la compañía, ¿cuáles son, ahora mismo, tus principales expectativas y objetivos iniciales?
La integración está siendo muy fácil. El ambiente es muy bueno y cada persona de la familia de Sobi brinda su colaboración y ayuda de forma desinteresada. Aparte de conocer a las personas, las enfermedades y los fármacos, mi objetivo a corto plazo es contribuir desde el departamento médico al lanzamiento de nuevos medicamentos, previsto para los próximos meses. Otro de los objetivos fundamentales es atraer y retener talento, para consolidar un equipo de alto rendimiento y altamente motivado que sea el referente científico en las distintas áreas terapéuticas.
Y ya que hablamos de comunicación, ¿cómo se puede mejorar la divulgación científica en un campo como el de las enfermedades raras?
Debemos apoyar cualquier iniciativa que facilite la comprensión de estas enfermedades, no solo entre las personas que las padecen, sino por parte de todos los ciudadanos. Deberíamos establecer un lenguaje común, sencillo y fácil de comprender, para que cualquier persona entendiera la causa, los síntomas, el pronóstico y las repercusiones físicas y psicosociales de cada enfermedad rara. Si la entendemos y nos ponemos en el lugar de los pacientes que la padecen, evitaremos el aislamiento y la incomprensión que muchas veces sufren ellos y sus familiares.
A través de los medios de comunicación y las redes sociales, periodistas, médicos, científicos, divulgadores, asociaciones de pacientes, fundaciones, sociedades científicas y compañías farmacéuticas pueden contribuir de forma significativa a mejorar la divulgación y la comprensión de estas enfermedades minoritarias.
NP-21277 (Marzo de 2022)